Si tienes problemas de sonido en una oficina, te interesan los paneles acústicos.
Puede ser una buena opción para amortiguar el sonido que viene del exterior, incluso hasta para minimizar el ruido ambiente entre diferentes zonas, evitando así distracciones entre los diferentes empleados de la entidad.
Pero también es un importante recurso para evitar que el sonido del exterior se pueda trasladar al interior. Podríamos necesitarlos en un auditorio, en un estudio de grabación, o simplemente en un área comercial en donde haya movimiento de clientes casi todo el día.
Si todavía no sabes que son ni dónde se colocan los paneles acústicos, este artículo es para ti:
Los paneles fonoabsorbentes han sido fabricados para minimizar el tiempo de reverberación del sonido. En otras palabras, para reducir el ruido de fondo.
Es posible encontrar ciertos tipos de paneles acústicos que han sido diseñados con tratamientos especiales que sirven para dispersar el sonido. Así, las ondas se distribuyen de manera uniforme, mejorando así la calidad del sonido.
Hablamos de alta reverberación en un espacio cuando las ondas sonoras presenten impactan con las superficies duras y empiezan a rebotar.
Lo más habitual es que un panel acústico se haya diseñado de un material como goma, con la capacidad de poder absorber una gran parte de esta reverberación. Cuando las ondas sonoras chocan contra el panel acústico, la energía se verá transformada en calor.
Los paneles acústicos se pueden adaptar a diferentes espacios, aunque lo más habitual es que se coloquen de la siguiente manera:
Los paneles acústicos para pared son una buena alternativa en el caso de que tengamos una oficina en donde la acústica y el diseño son prioritarios por la alta reverberación que suele haber. Podríamos estar hablando de un instituto, universidad o edificio compuesto por oficinas.
Estas son las principales características de los paneles acústicos para pared:
En cambio, los paneles acústicos para techo son la mejor alternativa si tenemos los techos altos y para grandes espacios abiertos. Podrían adaptarse a los espacios presentes en un restaurante, en un hotel, bar, o en cualquier establecimiento relacionado.
La insonorización de suelos se está convirtiendo en una tendencia. Las casas antiguas tenían moquetas que insonorizaban, pero ahora casi nadie se decanta por ellas.
Lo cierto es que se pueden usar paneles acústicos también en el suelo, pero los materiales pueden ser diferentes a los que usaríamos para la insonorización de las paredes o del techo.
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A mucha gente se le vendrá a la cabeza el concepto aburrido y sin color de los paneles acústicos.
No obstante, hoy en día con el desarrollo de nuevos materiales y tecnologías. Es posible conseguir una gran variedad de opciones disponibles a la hora de seleccionarlos.
Con la imperiosa necesidad de ocultar el ruido. Muchos diseñadores se han lanzado a la carrera para conseguir que los paneles acústicos acaben integrándose en la atmósfera del sitio donde estén instalados.
Los podemos encontrar en forma triangulada, haciendo un relieve, con estructura ondulada o con diferentes texturas y profundidades. Todos estos efectos ayudan a dar sensación de mayor espacio a estancias de menor tamaño.
Como no podía ser de otra manera, el color también se ha convertido en otra gran característica, pudiéndose adaptar en todo momento al diseño, como podría ser en el caso de un teatro con acabados marrones o en un club de baile poniéndole un tono oscuro.
Siempre ayudando a mimetizarse con el ambiente que le rodea.
Al ser adaptables tanto a suelos, techos o paredes, el diseño se convierte en un factor clave a la hora de escoger los paneles acústicos.
Ahora ya sabes dónde debes colocar los paneles acústicos para conseguir reducir el ruido al máximo en tu oficina.
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